En una jornada normal de trabajo, el neurocientífico Michael Brecht entra en su laboratorio de la Universidad de Humboldt, en Berlín, se calza su bata y se pone a hacer cosquillas a sus ratas. Es un trabajo divertido —sobre todo para las ratas—, pero también serio. Brecht lidera un equipo de investigación que pretende identificar la parte del cerebro responsable de la risa y el juego. Esta se situaría en la sustancia gris periacueductal, un conjunto de neuronas situadas alrededor del mesencéfalo, según publica esta semana la revista Neuron.