Un equipo de investigadores de las universidades de Southampton, en Reino Unido, y Shantou, en China, acaba de descubrir que, hace 80.000 años, los primeros humanos modernos, es decir, nuestros antepasados directos , abandonaron África hacia Eurasia a través de la península del Sinaí y de Jordania. Un ‘corredor’ previamente desconocido, muy rico en agua y recursos y que canalizó a aquellas poblaciones primitivas hacia Asia occidental y el norte de Arabia. El hallazgo, que se acaba de publicar en ‘ Science Advances ‘, respalda una serie de estudios anteriores llevados a cabo en Arabia y según los cuales esta ruta terrestre, entonces verde y hoy desértica, favoreció el desplazamiento hacia el norte de Homo sapiens. Nuestra especie, de hecho, evolucionó en África hace entre 200.000 y 300.000 años, y desde ahí se fue dispersando por todo el mundo en varias etapas. Primero, hace alrededor de 80.000 años, se dirigieron a Asia y la poblaron. Y mucho más tarde, hace alrededor de 40.000 hicieron lo mismo en Europa. Datación por luminiscencia Para llevar a cabo su investigación, los investigadores estudiaron varios yacimientos en el valle del Jordán, donde descubrieron una serie de herramientas manuales, conocidas como ‘copos’, en el borde de los ‘wadis’, canales de ríos que hoy están secos pero que, hace decenas de miles de años, estaban llenos de agua. Los científicos utilizaron técnicas de datación por luminiscencia para ayudar a establecer la edad del sedimento en el que estaban enterradas las herramientas. El método es capaz de estimar cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que el sedimento estuvo expuesto a la luz. Los resultados no dejan lugar a dudas: las herramientas fueron utilizadas hace aproximadamente 84.000 años y después abandonadas en las orillas de los wadis, donde el paso del tiempo se encargó de enterrarlas. Según explica Paul Carling, de la Universidad de Southampton, «durante mucho tiempo se pensó que cuando el nivel del mar era bajo, los humanos utilizaban un cruce hacia el sur, a través del Mar Rojo desde el cuerno de África, para llegar al suroeste de Arabia. Sin embargo, nuestro estudio confirma que había un paso muy transitado hacia el norte, a través de la única ruta terrestre desde África a Eurasia». Esta es una de las herramientas (vista desde tres ángulos diferentes) que ayudaron a los científicos a poner fecha a la antigua migración humana Universidad de Southampton La publicación de este artículo, prosigue el investigador, «es una pieza clave del rompecabezas que muestra que los humanos emigraron siguiendo una ruta hacia el norte, utilizando pequeñas áreas de humedales como base mientras cazaban abundante vida silvestre en los pastizales más secos. Aunque estudios anteriores han buscado grandes lagos como posibles abrevaderos, en realidad los pequeños humedales fueron muy importantes como puntos de parada durante la migración». MÁS INFORMACIÓN noticia Si Anne L’Huillier, Nobel de Física 2023: «Tenemos problemas, como el cambio climático, más importantes que llegar a la Luna» noticia Si Los astrónomos, en pie de guerra en contra de las constelaciones de satélites: «El cielo también es patrimonio de la humanidad» Mahmoud Abbas, autor principal del estudio, afirma por su parte que la península del Sinaí «actuó como un corredor bien irrigado para que los humanos modernos se dispersaran fuera de África durante el último interglacial, y ahora hemos demostrado que ese es el caso en el valle del Jordán». Además, «la evidencia paleo hidrológica del desierto de Jordania mejora nuestra comprensión del entorno ambiental en ese momento. En lugar de un desierto seco, las praderas de sabana proporcionaron los recursos que tanto necesitaban los humanos para sobrevivir durante su viaje fuera de África hacia el suroeste de Asia y más allá».