Tomar alimentos fríos puede ser todo un problema para aquellos con sensibilidad dental. Este trastorno, que se produce generalmente cuando se daña la capa más externa de los dientes, puede convertir un postre helado en un auténtico dolor de muelas. Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Science Advances ha desvelado que la clave de este dolor está en la proteína TRPC5 y en los odontoblastos, unas células encargadas de la producción de dentina. La primera actúa como canal transmisor de los estímulos que llegan a los dientes, mientras que las segundas tienen una función sensitiva no conocida hasta ahora.