Para Jorge Luis Borges (1899-1986), una biblioteca siempre fue un universo en cuyo centro habitaba él mismo, igual a una divinidad que delira. Porque la biblioteca borgiana es un número “indefinido, y tal vez infinito”, de galerías cubiertas de libros que conforman un laberinto inalterable; una geometría mitológica que abarca todos los libros del mundo y que el autor argentino bautizó como La Biblioteca de Babel, dando título a un cuento en el que situó su universobiblioteca formado por infinitas salas hexagonales donde se encontraría el “catálogo de catálogos”.