Cualquiera que haya leído las novelas del Sherlock Holmes sabe que el célebre detective nunca dijo: “Elemental, querido Watson”. La culpa de dicha concesión la tiene la película donde el famoso latiguillo apareció por primera vez. La cinta se titula Las aventuras de Sherlock Holmes y la dirigió Alfred L. Welker en 1939, cuando Conan Doyle -autor de Sherlock Holmes- llevaba nueve años muerto.